Cultura China

| domingo, 26 de octubre de 2014
Costumbres y tradiciones

 El año nuevo chino y otras fiestas tradicionales, son momentos de alegría y celebraciones. A pesar de la fuerte influencia de la cultura occidental sobre la cada vez más cosmopolita República de China en Taiwan, las diversas tradiciones asociadas a estas fiestas, se siguen practicando con entusiasmo.


La Fiesta de la Primavera, o año nuevo chino, es el acontecimiento familiar más importante de todos los que se celebran en China. Aquellos que viven lejos de sus hogares vuelven a casa, por lo que aeropuertos, estaciones de autobuses y trenes se llenan de gente. La Fiesta de la primavera, empieza el primer día del primer mes del calendario lunar, generalmente los últimos días de enero y principios de febrero del calendario gregoriano, y dura unos quince días. Su origen se remonta a la dinastía Shang (1600 a. C. – 1100 a. C.) cuando al inicio del año, la gente hacía ofrendas a las divinidades del cielo y la tierra y a los antepasados y rezaba para tener buenas cosechas y un buen año.

La Fiesta de los Faroles, se celebra el día 15 del primer mes lunar, normalmente en febrero, o marzo del calendario gregoriano, y con el paso del tiempo, se ha convertido en una fiesta de gran importancia. Su origen se remonta a la dinastía Han (206 a. C-220 d. C), época en que el Budismo se popularizó en todo el país. Un emperador, supo que los monjes budistas mirarían sarira, o los restos de la incineración del cuerpo de Buda, y encenderían faroles para adorar el Buda el día 15 del primer mes lunar, por lo que ordenó encender faroles en el palacio y templos imperiales para mostrar respeto a Buda. Más tarde, el rito budista se convirtió en un gran festival entre la gente corriente y su influencia se expandió por las llanuras centrales de China. Una comida típica en esta fiesta es el yuanxiao, bolas de arroz glutinoso con relleno dulce o de carne. Como son redondas y compactas, representan la sólida reunión familiar. El yuanxiao también recibe el nombre de tangyuan. Los tangyuan, pueden cocinarse hervidos, fritos o al vapor. Su gusto es dulce y delicioso. Asimismo, su pronunciación también puede significar reunión familiar.

La Fiesta del Barco de Dragón también recibe el nombre de la Fiesta del Doble Cinco, porque corresponde al día cinco del quinto mes del calendario lunar chino; en junio del calendario gregoriano. Esta fiesta se celebra para honrar la memoria del gran poeta Qu Yuan (339-278 a. C.), ministro del estado Chu y uno de los grandes poetas chinos.

La Fiesta del Doble Siete, que cae en el séptimo día del séptimo mes del calendario lunar, es una fiesta tradicional llena de romanticismo. Normalmente cae en agosto del calendario gregoriano. Esta fiesta se celebra a mediados de verano cuando la hierba y los árboles tienen un verde intenso. Por la noche cuando el cielo está lleno de estrellas, la gente contempla la Vía Láctea que se extiende de norte a sur. En cada uno de sus lados, hay una estrella brillante. Sus nombres son el “Pastor de vacas” y la “Doncella que saluda”, y sobre ellas existe una bonita historia que se ha transmitido de generación en generación.

La Fiesta del Solsticio de Invierno. Hace 2.500 años, en el periodo de primavera y otoño (770-476 a.C.), China había determinado el punto del solsticio de invierno observando los movimientos del sol con un reloj solar. Es el primero de los 24 puntos de división temporal. El día cae en el 22, o 23 de diciembre del calendario gregoriano. En algunas partes del norte de China, la gente come sopa de ravioles durante este día, porque creen que les dará calor para el invierno. Pero en el sur de China, toda la familia come una comida hecha de judías rojas y arroz glutinoso para alejar a los fantasmas y otros seres malvados.


Leyendas

La décima hermana Du. Du era una joven la cual había sido prostituida desde muy chica, era llamada la décima hermana ya que había sido la décima en llegar al prostíbulo donde trabajaba.
Todo el imperio conocía a la hermana Du, ya que su belleza era incomparable, muchos ricos acudían todos los días para conocer a la joven y pasar un tiempo con ella, siempre llevándolo costos regalos.
Un día Du conoció a Li, un joven el cual recién llegaba a la ciudad y había acudido a conocer a la famosa decima hermana, él se enamoró desde el principio de ella y ella también de él. El joven Li gasto todo su dinero para rescatar a Du del prostíbulo donde se encontraba, luego comenzó su viaje de regreso a casa de sus padres junto con Du. Cuando estaban a mitad del camino Li se dio cuenta que ya había agotado todo su dinero, pensó que sus padres al enterarse se molestarían con él. Días después un joven que también se había enamorado de Du le hizo una propuesta, a cambio de Du, Li recibiría mil monedas de oro. Li al principio no quiso aceptar pero de igual manera lo consulto con Du, quien le dijo que aceptara. Al día siguiente Li le dijo al joven que aceptaría. Mientras se hacia el intercambio Du le mostro un cofre que llevaba, en él tenía joyas de todos los hombres ricos que la habían visitado, la fortuna era tan grande que prácticamente podía comprar el imperio, al verlo Li se dio cuenta que Du solo lo había puesto a prueba para probar su amor, y él había fallado.



Segunda leyenda china
Se cuenta que allá para el año 250 A.C., en la China antigua, un príncipe de la región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de acuerdo con la ley, él debía casarse. Sabiendo esto, él decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío.   Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe. Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración. Sin poder creerlo le preguntó: "¿Hija mía, que vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea ins ensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura" Y la hija respondió: "No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz"    Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío: "Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses será escogida por mí, esposa y futura emperatriz de China"    La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: costumbres, amistades, relaciones, etc. El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardine ría, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado. Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo. Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado. Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos.    En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella. Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención. Después de pasar p or todas, una a una, anunció su resultado. Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa. Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con calma el príncipe explicó: "Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: la flor de la honestidad. Todas las semillas que entregué eran estériles".


Bibliografía:
http://yoreme.wordpress.com/2009/08/02/fiestas-y-tradiciones-chinas/
http://www.actosdeamor.com/leyendachina.htm

http://www.elricondetatiana.net/reflexiones_c/leyenda_china.htm

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